1 de mayo y los iluminados

Historia

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En el crepúsculo del siglo XVIII, en la apacible región de Baviera, un ex sacerdote jesuita, Adam Weishaupt, desafió los límites de lo convencional al fundar un grupo clandestino que habría de sacudir los cimientos del poder establecido. Aquel fatídico 1 de mayo de 1776 marcó el nacimiento de los Illuminati, inicialmente conocidos como "los perfeccionistas" y más tarde como "Los Maestros Iluminados".

Inspirado por la estructura y los ideales de la Orden Jesuita, Weishaupt tejió una red de influencia que atrajo a la burguesía local y más tarde a nobles disidentes, con la visión audaz de desafiar el absolutismo monárquico y la autoridad de la Iglesia Católica. Su orden, envuelta en secreto y misterio, conspiraba en las sombras con un objetivo claro: la instauración de un nuevo orden mundial, despojando a las religiones, las instituciones civiles y los gobiernos de su poder.

Los historiadores y analistas de conspiraciones han identificado seis metas específicas de esta secta, trazadas por la pluma de Nesta Webster en su obra "Revolución Mundial":

  1. La abolición de la Monarquía y todo gobierno establecido.

  2. La supresión de la Propiedad Privada.

  3. La eliminación de la Herencia como institución.

  4. La extinción del sentimiento de Patriotismo.

  5. La disolución de la familia, incluyendo el matrimonio y la moralidad, en favor de una educación pública controlada por el Estado.

  6. La erradicación de toda forma de religión, especialmente la cristiana.

Para alcanzar sus fines, Weishaupt comprendió la necesidad de sumergirse en los antiguos misterios babilónicos y emplear su simbología como una herramienta para obtener el poder sobrenatural que anhelaba. Este enfoque estratégico llevó a los Illuminati a extender sus tentáculos por toda Europa, atrayendo a mentes ilustres como Herder, Goethe, Cagliostro y el enigmático Conde de Saint-Germain.

Sin embargo, su ambición no conocía fronteras y pronto se dirigieron hacia la masonería, buscando infiltrarse y dominar esta otra hermética institución. Aunque enfrentaron resistencia, su influencia se extendió, alimentando teorías conspirativas sobre su papel en eventos históricos como la Revolución Francesa y en los sucesos posteriores a la fundación de los Estados Unidos, donde su simbología aún perdura en el famoso billete de un dólar.

A medida que el mundo se sumerge en el siglo XXI, persisten las especulaciones sobre la influencia continua de los Illuminati en la política global y la cultura mundial. Su simbología, enigmática y penetrante, se encuentra entretejida en los tejidos de la sociedad moderna, alimentando teorías de conspiración y suscitando debates en la academia y más allá.

Como eruditos de lo esotérico, los iluminados otorgan gran importancia a la numerología, especialmente a los números 13 y 11 y sus múltiplos, como elementos clave en la manipulación de eventos que sirven a sus propósitos. Esta obsesión numérica se manifiesta en organizaciones como "Calavera y Huesos 322" de la Universidad de Yale, donde la élite política de Estados Unidos ha sido vinculada en el misterio de sus rituales.

Aunque su existencia y su influencia son objeto de debate y controversia, los Illuminati continúan dando que hablar a generaciones con sus sellos atemporales, desafiando las fronteras entre la realidad y la ficción, entre la verdad y la conspiración. En un mundo cada vez más interconectado y vigilado, su existencia hipotética en el mundo actual es un recordatorio ominoso de los peligros del secreto y la ambición desenfrenada.

Nota del autor: ¿Dónde hemos visto cumplirse esos objetivos antes?